lunes, 2 de enero de 2012

Da Vinci: Otra ciencia es posible

La deshumanización de la ciencia

La ciencia deshumanizada que padecemos y cuya cima se encarna en la moderna Medicina data del siglo XIX aunque sus bases se cimentan en el Racionalismo del XVII. Hasta ese momento otra ciencia hubiese sido posible, una ciencia humana, intuitiva, inspirada en el arte. Esta ciencia que perdió la batalla de la historia, se fundaba en la consideración del mundo como un todo con el que estaba relacionado el ser humano.

La división espíritu-materia

Entonces el mundo no era una cosa, nuestro cuerpo no era una máquina. La radical división en res extensa y res cogitans, materia y espíritu, no se había realizado, cuando se produjo dió lugar a la dehumanización de la ciencia o si se prefiere a su des-espiritualización. Sin espíritu el mundo se convirtió en una máquina inmensa y por ende, un enorme sin sentido, el hombre en un robot inutil.
Esta situación empeoró cuando además al racionalismo se le sumó el materialismo, ya no se tratba de dos incógnitas en una ecuación sino que una de las incógnitas se había despejado, había desaparecido fagocitada por la otra, la materia había vencido al espíritu. Sólo quedaba desentrañar la materia para comprender el Universo.

Triunfo final

Afortunadamente tal cosa no ha ocurrido, destripando, diseccionando, desentrañando la materia hemos llegado a la de nuevo a la res cógitans. Ahora hablan los científicos de que al final de sus disecciones han encontrado que las partículas se componen de INFORMACIÓN. El Universo está pixelado, está compuesto de puntos que contienen información, como una fotografía digital.
Esa es la la esencia del mundo de la que hablaron Heráclito o Pitagoras.

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