sábado, 10 de diciembre de 2011

Da Vinci: "El enviado"

Según el conocido mito de Platón, nuestra vida es como la de unos prisioneros que estubieran obligados a mirar el talúd de una cueva sobre el que se proyectan las sombras de unos objetos que portan varios esclavos por detras de los prisioneros y por delante de una hoguera.
Esta pretérita sala de cine con su pantalla, su proyector y su película, sirve al pensador griego para explicar lo que nos pasa a los seres humanos: Sólo vemos las sombras de un mundo que está más allá y donde residen las cosas verdaderas.
Pero el mito no queda aquí, Platón nos dice que existen algunos hombres que se liberan de sus ataduras y consiguen escapar, salir fuera de la cueva y observar las cosas verdaderas del mundo exterior y que deciden regresar para rescatar a sus compañeros. Cuando intentan rescatar a sus antiguos compañeros se encuentran con que estos se niegan a ser liberados.
No cabe duda que existen estos hombres extraordinarios a lo largo de la Historia que tratan de liberarnos de nuestro estado de ensoñación, uno de ellos, el propio Platón que consideraba a su maestro Sócrates un liberador de almas, Buda, Jesucristo son otros ejemplos.
Da Vinci es un liberado, uno de los pocos que han visto la luz del otro lado y vuelve a liberarnos, lo hace muy sutilmente, casi sin dejar pistas, ha tenido demasiados enfrentamientos con la autoridad eclesial, no es un pensador, quiere liberarnos mediante la belleza que podemos observar en sus lienzos.

Lo triste es la poca repercusión de sus obras, de sus inventos de su producción escrita, en parte perdida para siempre. Leonardo fue consciente de ello, de la inutilidad de su esfuerzo. Desde su última morada en territorio francés observa entristecido como nadie recoge su testigo. sus contemporáneos siguen mirando embobados a la pantalla mientras el abandona lentamente la escena.

Fernando Dutilh es autor de "Los años Perdidos de Leonardo Da vinci"