Muy poca gente conoce el término, significa seguidor de las doctrinas heréticas del obispo Bogomil que vivió en el siglo diez. Sus ideas llegaron a Alemania, principalmente a Colonia, después a Milán y finalmente a la región de Albi en el sur de Francia, de ahí el nombre de herejía albigense.
No se sabe con certeza en que consistía la doctrina de estos autodenominados "hombres buenos", se sabe que tenían una visión dualista del mundo y que ello les obligaba a negar la existencia de Jesús del que unos, de entre los propios cátaros, sostenían que no fue más que un fantasma y otros que solo era un hombre y negaban su naturaleza divina.
Da Vinci, probablemente siguió esta corriente como muchos otros cátaros del norte de Italia y como, posiblemente también, los caballeros templarios.
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