miércoles, 9 de febrero de 2011

Leonardo en Siria

Leonardo entró al servicio de Selim I, padre del famoso Soliman el Magnífico, al rededor de 1498, antes de establecerse en Milan a las òrdenes del Moro. Tras una estancia de nueve o diez meses en Estambúl, el sultán le encargó una embajada a las regiones del monte Taurus.
Un todavía joven Leonardo se sintió revivir, tras las tediosas jornadas de interminables y absurdas conversaciones en la corte entre turcos y venecianos negociando derechos de rutas comerciales. No obstante, durante esos largos meses Da Vinci no perdió el tiempo, estudió las técnicas de los ingenieros griegos y turcos para construir fosos y fortalezas, puentes y máquinas de guerra.

Leonardo se sentía como un nuevo Marco Polo, a quien admiraba. Pronto las cosas empezaron a no marchar bien, las gentes de la regiones montañosas eran oscas y ostiles, los elementos se pusieron en su contra, tuvieron que hacer frente a una enorme innudación y, cuando se estaba ganando el favor de los habitantes que sobrevivieron a la gran trajedia, la guerra entre Venecia y el Turco aconsejó una rápida retirada.
Todo esto lo cuenta Leonardo en una carta varios años despues de los acontecimientos, la primera que mandó al gobernador de Siria, se ha perdido.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario